La molécula de agua tiene forma de V
y el ángulo entre los dos enlaces covalentes es de 104.5°. Algunas propiedades
importantes del agua se deben a la forma angulada y a los enlaces
intermoleculares que puede formar. Esta molécula está formada por dos átomos de
hidrógeno y uno de oxígeno; el átomo de oxígeno es más electronegativo por lo
que atrae a los electrones de los átomos de hidrógeno. El resultado es una
distribución desigual de cargas dentro de cada enlace, en donde el oxígeno es
parcialmente negativo y los hidrógenos parcialmente positivos, a esto se le
llama dipolo y se dice que el enlace es polar. Una de las consecuencias
importantes de la polaridad de la molécula de agua es que dichas moléculas se
atraen entre sí. La atracción entre uno de los átomos de hidrógeno parcialmente
positivo de una molécula de agua y uno de los pares de electrones libres del
oxígeno de otra molécula permiten la formación de puentes de hidrógeno. Estas
interacciones no solo ocurren en el agua, pueden existir entre cualquier átomo
electronegativo y un átomo de hidrógeno unido a otro átomo electronegativo. Un
puente de hidrógeno es más estable cuando el átomo de hidrógeno y los dos
átomos electronegativos asociados a él forman casi una línea recta. Cada
molécula de agua puede formar hasta cuatro puentes de hidrógeno con sus
vecinas.
Hay otras dos propiedades del agua que se relacionan con sus característicos puentes de hidrógeno:
ü El calor
específico: es la cantidad de calor
necesario para elevar 1°C la temperatura de 1 gramo de la sustancia. Se
requiere una cantidad relativamente grande de calor para aumentar la
temperatura del agua porque cada molécula de agua participa en varios puentes
de hidrógeno que deben romperse para que aumente la energía cinética de las
moléculas de agua. La abundancia de agua en las células y tejidos de todos los
grandes organismos multicelulares evidencia que las fluctuaciones de
temperatura dentro de las células que se minimizan. Esta propiedad tiene
importancia biológica crítica ya que las velocidades de la mayor parte de las
reacciones bioquímicas son sensibles a la temperatura.
ü El calor de
evaporación del agua también es
bastante mayor que el de varios otros líquidos. Se requiere una gran cantidad
de calor para convertir el agua de líquido a gas porque deben romperse los
puentes de hidrógeno para permitir que se disocien las moléculas de agua, una
de otra, para entrar a la fase gaseosa. Ya que la evaporación del agua absorbe tanto calor, la sudación es
un mecanismo efectivo para hacer descender la temperatura corporal.
Las propiedades físicas del agua se
combinan para hacerla un excelente solvente. El agua posee una viscosidad
intrínseca que no impide mucho el movimiento de las moléculas disueltas en
ella. El pequeño tamaño de las moléculas de agua determina que muchas de ellas
puedan asociarse con partículas de soluto y hacerlas más solubles.
El agua puede interactuar y disolver
otros compuestos polares y compuestos que se ionizan. Las moléculas que se
pueden disociar y formar iones se llaman electrólitos. Las sustancias que se
disuelven con facilidad en agua se llaman hidrofílicas. Los electrólitos no son las únicas sustancias
hidrofílicas que son solubles en agua. Toda molécula polar también exhibirá una
tendencia a solvatarse por moléculas de agua. Además, la solubilidad de muchas
moléculas orgánicas aumenta por la formación de puentes de hidrógeno con las
moléculas de agua. Al aumentar la cantidad de grupos polares en una molécula
orgánica, se incrementa su solubilidad en el agua.
En las células vivas, las membranas
permeables al agua separan al citosol del medio externo. Las composiciones de
las soluciones intracelulares son bastante distintas de las soluciones
extracelulares, y unos compuestos se concentran más y otros menos dentro de las
células. La concentración de los solutos dentro de las células son mucho
mayores que sus concentraciones en el ambiente acuoso fuera de la célula. Las
moléculas de agua tienden a atravesar la membrana celular para entrar en la
célula y diluir la solución en el interior de ésta. Las células recurren a
varias estrategias para evitar que la presión osmótica se vuelva tan grande que
las haga explotar.
Los hidrocarburos y otras sustancias
no polares presentan una solubilidad muy baja en agua porque las moléculas de
agua interactúan entre sí y no con molécula no polares. Se dice que las
moléculas no polares son hidrofóbicas y a este efecto de exclusión de
sustancias no polares por parte del agua se llama efecto hidrofóbico, este es
crítico para para el plegamiento de las proteínas y el autoensamblaje de las
membrana biológicas.
Las moléculas de agua pueden
reaccionar con moléculas biológicas. El átomo de oxígeno, rico en electrones
(Nucleófilo), determina gran parte de la reactividad del agua en las reacciones
químicas. Las sustancias ricas en electrones se les llama nucleófilos y con
deficiencia de ellos electrófilos.
Bajo condiciones celulares, las
macromoléculas no se hidrolizan espontáneamente, a pesar de la presencia de
altas concentraciones de agua, así que estas reacciones con moléculas de agua
son catalizadas por enzimas específicas.
Por lo tanto el agua juega un papel
vital en la biología pues se encuentra en grandes porcentajes dentro de los
organismos y por tanto su existencia es de suma importancia.
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